Veamos esta importante distinción pues se considera asesinato
múltiple al que presente tres o más víctimas, considerando los intentos
fallidos en los cuales los “objetivos” resultan heridos y/o discapacitados
física o psíquicamente:
– Asesinos de masas (mass murderers): llevan a cabo su ataque en un
mismo lugar (escena del crimen), sin período de “calma” (sólo detienen su
accionar por suicidio, por ser abatidos o capturados por la policía) y dentro
de un lapso breve. Sus víctimas pertenecen a un entorno conocido o allegado al
atacante de alguna manera, y aquéllas podrían llegar tener alguna relación
directa o indirecta con él. En el caso de que las víctimas sean totalmente
desconocidas por parte del atacante, estaríamos ante alguien que sufre algún
trastorno mental severo, y se descartan los genocidios, ataques terroristas,
asesinatos tribales, políticos, religiosos, etc., pues estos últimos son
perpetrados bajo órdenes de un comando superior.
Se trata, en un 80% de varones caucásicos, de 25 a 40 años de edad,
y es altamente probable que padezcan de algún trastorno mental, actúen bajo la
influencia de sustancias adictivas o, a la inversa, no estén tomando la
medicación o ésta sea inapropiada. En la mayoría de los casos, tienen una
inclinación obsesiva hacia las armas; algunos llegan a poseer verdaderos
arsenales y conocen muy bien su manejo, el cual han aprendido en forma de
“pasatiempo”, o por haber pertenecido a alguna institución militar o policial,
donde hubieran recibido instrucción para ello; algunos fueron “iniciados” por
sus propios padres.
En forma frecuente, atacan restaurantes, escuelas o universidades,
oficinas públicas o privadas, lugares a los cuales los une alguna fijación que
resulta del hecho de que ahí “algo le hicieron”; otros, simplemente, sucumben
ante delirios provocados por sus propias patologías mentales. Llegan armados;
algunos en grado extremo, y, a veces, enfundados en trajes militares o de
camuflaje. Por lo general, utilizan armas de gran calibre, automáticas o
semiautomáticas –lo cual constituye una cuestión “cultural” en los EE.UU. y
también en la zona rural española que, aunque con armas menos sofisticadas,
utilizan municiones letales–, para las cuales tienen varias cargas; además, se
han dado casos de que porten bombas de fabricación casera o granadas, como
complemento. Asesinan a todos aquellos que se crucen por su camino, no importando
de quienes se trate, aunque la mayoría será gente que personifique la “causa”
de su ira (algunos comienzan por matar a su propia familia o parte de ella).
– Asesinos itinerantes (spree killers): son aquellos que, en un solo
evento, realizan su accionar, en dos o más lugares, cercanos o no entre sí, a
veces en lapsos relativamente breves de tiempo y, en otros casos, con horas,
días, semanas y hasta meses de diferencia, sin período de calma (cooling off).
Precisamente, esta última característica es la que los diferencia de los
asesinos seriales. El asesino itinerante, por lo general, no termina su raid
criminal hasta que se suicida, al verse cercado por la policía, o es abatido
por ella, y, en algunos casos, son capturados, enjuiciados y condenados; a
veces poseen trastornos mentales (crónicos o transitorios) y son confinados a
institutos neuropsiquiátricos penitenciarios (o no, dependiendo de la
legislación de cada país). También se presentan otros problemas con esta
calificación, porque en cuanto al límite entre el asesino masivo y el
itinerante, porque éste es muy sutil. En primer lugar, en cuanto a la palabra
location (“locación”, en su acepción de “lugar”) utilizada, pues el “Manual
del FBI” nada dice en cuanto a qué se entiende por este término; por
ejemplo, “locación” puede ser en una misma ciudad, pero en diferentes
vecindarios.
Entonces, si tomamos a estos últimos como “una misma locación” (por
estar en una misma ciudad) diríamos que se trata de un asesino de masas, pero
si lo tomamos como “varios lugares cercanos entre sí” estaríamos frente a un
asesino itinerante; por mi parte, me inclino por esta última acepción.
En segundo lugar, el problema, asimismo, radica en la expresión “en
un solo evento”. Hay casos en que el asesino itinerante, precisamente, que se
traslada de un sitio a otro, no lleva a cabo “un solo evento”, sino un conjunto
de ellos, separados en el tiempo, pero que, en perspectiva, nos muestra un solo
raid criminal; los casos más representativos serían los de Charles Starkweather
y Andrew Cunanan, quienes cometieron varios asesinatos y, mientras huían de la
policía, cruzado estados o ciudades y seguían matando gente “a su conveniencia”
(cambiar de auto, conseguir dinero, etc.). El clásico spree killer no es un
asesino de masas; es un tipo de asesino múltiple. Pero, a pesar de ello, a
menudo, ambas tipologías son confundidas. Como ejemplo, los casos de los
asesinos que andan “rondando las calles”, que son clasificados en una u otra
tipología. Por mi parte los considero spree killers, al considerar que el
asesino masivo comete sus crímenes en un solo evento y en un solo lugar (o
lugares muy cercanos entre sí: un centro o un edificio comercial, yendo por
varios pisos). Pero también han sucedido en casos de asesinos de masas, como Charles
Whitman, que asesinó a su madre en su departamento; luego a su mujer en el que
compartía con ella y, al otro día, llevó a cabo la “Masacre de Austin”, por lo
cual debe ser clasificado, tristemente, por el número de víctimas en cada
evento.
Por lo general, son hombres caucásicos, entre 30 y 40 años de edad,
que atacan en diferentes lugares adyacentes, o “en camino”, pero con intervalos
de tiempo, a veces breves y otras veces no –horas, días o meses–.También, hay
casos en los cuales huyen de la autoridad y llegan a enfrentarla, terminando
abatidos por la policía, o se suicidan –en los pocos casos con trastornos
mentales– y otras veces, atrapados, enjuiciados y recluidos en centros
psiquiátricos penitenciarios.
Suelen ser sujetos depresivos, aislados, amargados, paranoicos,
obsesivos, que se sienten fracasados o rechazados por el resto de la sociedad y
la “responsabilizan” por ello; por lo general, poseen antecedentes delictivos
anteriores. Sienten fascinación por las armas de fuego (o armas blancas, según
el caso) y, a veces –no siempre–, sólo hace falta un detonante (un hecho
desgraciado, una muerte, un despido, un divorcio) para cargar sus armas y
empezar a matar a todo aquel que se les ponga por delante, pero siempre en
movimiento; hacen “recorridas” por diversos barrios o vecindarios, a pie o en
automóvil. El asesino itinerante se dirige, p. ej., a un centro comercial y
comienza a disparar indiscriminadamente, trasladándose de allí hasta otro lugar
cercano; puede tener problemas familiares o personales y, un día en particular,
“estalla” y decide asesinar a todos los que se le crucen; también se da el caso
de los que asesinan, primero, a miembros de su familia. En ambas tipologías–la
cual como toda regla tiene sus excepciones–, estos tipos de asesinos múltiples
lo que buscan, en realidad, es morirse, pero deciden hacerlo de una forma
escandalosa y, de esta forma, vengarse de la sociedad que los ha “hecho
fracasar”.
– Asesinos en Serie (serial killers). — Como sucede con otros
vocablos –p. ej., obscenidad– el asesinato serial es algo difícil de definir.
Parte de problema proviene de las fuerzas policiales, la prensa y algunos
doctrinarios, cuyas definiciones tienden a diferir entre ellas y confundir el
concepto real. Para una mayor claridad recurrí al “Manual del FBI”, el cual
tipifica al asesino serial de la siguiente manera: a) comete/n tres o más
homicidios, en lapsos que van de días a semanas, meses e incluso años,
separados por un período emocional de enfriamiento o calma (cooling off); b) la
cadena de asesinatos es producto de una urgencia irrefrenable, además de
poseer, en alto porcentaje, una neta motivación sexual (cerca de un 85 %) en
asesinos masculinos; en mujeres, los móviles preponderantes son las “causas
personales” (52%) y la codicia (45%), y c) en su gran mayoría, tienen un patrón
repetitivo y/o un MO y/o un ritual determinados –que pueden incluir o no su
firma–, los cuales “perfeccionan”, ya sea en función del lugar (cambio de
residencia con cierta asiduidad o no); el tipo de víctima o las acciones que
realiza; la impunidad que adquiere al no ser capturado; el alto coeficiente
intelectual –no en todos los casos– así como, también, el elevado nivel de
estrés que lo lleva a cometer dichos actos criminales.
Este período de calma tiene su razón de ser en que estos criminales
no son, precisamente, de los “que asumen riesgos”; quieren estar lo más seguros
posibles de que su accionar será “exitoso”. Asimismo toman recuerdos y/o
trofeos de sus víctimas luego de su asesinato o vuelven al lugar en donde
abandonaron los cuerpos, con el fin de “revivir el momento”, lo que puede
extender este período de calma.
Si bien, el “Manual del FBI” no posee un fin didáctico; la
sistematización que allí se realiza es con el fin de lograr uniformidad en
cuanto a la tipificación de todos los crímenes violentos, además de facilitar
la labor policial en el momento de asentar la información en la base de datos
nacional: el Programa de Aprehensión de Crímenes Violentos (Violent Criminal
Apprehension Program, ViCAP), nacido dentro del Centro Nacional para el
Análisis de Crímenes Violentos (NCACV, National Center for the Analysis of
Violent Crime).
FUENTES: Douglas, John E.; Burgess, Ann W.; Burgess, Allen, G. &
Ressler, Robert K.,Crime Classification Manual: a Standard System for
Investigating and Classifying Violent Crimes (“Manual de clasificación del
crimen, un sistema estándar para la investigación y clasificación de crímenes
violentos”), 3ª ed., John Wiley & Sons, New Jersey, 2013; García Roversi,
Susana P., Asesinos Múltiples 1. Asesinos de masas e itinerantes y sus
subtipologías, Colección “Sin Piedad”, vol. 1, Grupo Editorial HS, Buenos
Aires, Argentina, 2010; ídem, Asesinos Múltiples 2. Asesinos en Serie,
vol. 2, Parte 1ª, 2015.
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