Hibristofilia: La atracción y el «amor» que sienten algunas mujeres por los asesinos y otros delincuentes agresivos. 2ª Parte ©Dra. Susana P. García Roversi


IV. ALGUNOS EJEMPLOS PARA CLARIFICAR ESTE TEMA

  1) Richard Ramirez tenía un gran grupo de fanáticas que le escribían cartas y hasta pagaban por visitarlo; fueron tales los desmanes que se produjeron cuando fue trasladado a San Francisco para ser juzgado por los únicos crímenes cometidos en dicha ciudad, que la Fiscalía decidió suspender el proceso, ya que había sido condenado a muerte en Los Angeles. Una escritora free lance de varias revistas, Doreen Lioy, cinco años mayor que él, le había escrito nada menos que 75 cartas durante su período de encarcelamiento y juicio. Cuando Ramirez acaparaba los titulares de los diarios de California, ella quedó “completamente seducida” con la figura del criminal, que le parecía “débil y vulnerable”, según sus propias declaraciones (cualquier foto que el lector pueda hallar en la internet de Ramirez lo que menos parece es débil y vulnerable; siempre se presentó desafiante e insolente). 

Ramirez y Lioy, el día de su boda
Casi un año antes de ser condenado, Ramirez la invitó a que fuera a la cárcel a verlo y en la tercera visita, en octubre de 1988, le propuso matrimonio lo cual ella aceptó. Luego de la sentencia y totalmente convencida de su inocencia, siguió visitándolo y escribiéndole, orgullosa de ser “la elegida” (¿?). Se casaron el 3/10/96 en la cárcel de San Quentin; el matrimonio no pudo consumarse pues este es un beneficio del que no gozan los condenados a la pena capital. Lioy declaró ser católica cristiana, pero que “no tendría problemas en convertirse al satanismo”. 


  Pero, asimismo, Doreen es muy particular;  según investigó la prensa, sus padres tenían preferencia por su hermana melliza, mientras ella, algo abandonada, se dedicaba a sus estudios. Su familia empezó a sospechar, por azar, de su relación con Ramirez y lo confirmaron un día que la siguieron: Doreen asistía obsesivamente al juicio, y  estaba convencida de “su inocencia”. La prensa informó que Ramirez la prefirió porque “era virgen” (en el corredor de la muerte no se permiten visitas conyugales) y ella prometió que cuando su “marido” fuera ejecutado, se suicidaría. Nada de esto sucedió; Ramirez falleció de muerte natural (algunos medios informaron que fue por “insuficiencia hepática” y otros por haber contraído el virus de la Hepatitis B) en 2013, por lo cual ella mantuvo su virginidad y no se tiene información de si se ha suicidado.

  2) Otro caso curioso es el de José Rabadán quien, con sólo 16 años,  el 1º/4/2000, en Santiago el Mayor, Murcia, España, asesinó a su padre, su madre y su pequeña hermana de 11 años, afectada con el síndrome de Down, con una katana (espada samurai), y otras armas blancas (70 puñaladas en total) porque quería “estar solo y hacer su vida”. Fue capturado, juzgado y condenado a sólo 12 años en un internado de rehabilitación, debido al Régimen de los Menores en dicho país, y ya se encuentra en
libertad. La prensa española lo apodó “el asesino de katana”.

  Si bien no se trata de un asesino en serie, sí pertenece a la categoría de los homicidas múltiples (su accionar criminal se asimila a los asesinos de masas). Recibía aluviones de cartas de adolescentes que le expresaban su “admiración” (como dijo uno de los peritos: “le fascinaba ser reconocido”). Pero merece destacarse una de ellas, proveniente de dos adolescentes de Cádiz, que además de “admirarlo”, deseaban saber “qué se sentía al quitarle la vida a una persona”. Lamentablemente, más adelante, ambas protagonizaron uno de los homicidios más atroces de la historia del crimen en España, cuando asesinaron a una amiga, precisamente, “para saber qué se sentía”. Se las conoce como las “asesinas de San Fernando”.

  Asimismo Rabadán conoció en prisión, en septiembre de 2004, a una joven, Verónica, de 22 años, quien se convirtió en su pareja de hecho, tal como aparece en los registros del Ayuntamiento de Murcia. Manifestaron su amor ante un notario, lo que permitió que la dirección del Centro de Menores Las Moreras, donde estaba internado les dejara mantener encuentros íntimos, en una pequeña habitación sin ventanas, con una cama y un cuarto de baño, pensando en una futura boda, sin fecha, porque a Rabadán le faltaban, al menos, dos años para salir del internado.

  En un suplemento especial para el diario “El Mundo”, Verónica, una chica menuda, dio su primer reportaje; el periodista manifiesta “que se sonroja y esconde la mirada al hablar de su relación con Rabadán”. Trabajaba como camarera en un restaurante, pero lo visitaba dos veces por semana. Según ella, nunca hablaban de los crímenes, “es algo que nunca hemos mencionado”. El autor del informe manifestó que ella prefería creer que si él acabó con su familia fue por “un trastorno mental” (un perito de parte argumentó que sufría de epilepsia) y que su pareja era “un encanto”, aunque debió admitir, que de su parte, varios miembros de su familia le habían dejado de hablar y que la gente hablaba en voz baja a sus espaldas.

  La muchacha pertenecía a una familia numerosa y varios de sus hermanos contaban con antecedentes penales. Uno de ellos era compañero de Rabadán en el internado y quien le habló de la joven: Rabadán le envió una carta para conocerla. Ella aceptó encantada la invitación y el 15/8/03 estuvieron cara a cara. Ella asegura que nunca había sentido miedo; al contrario: “Me siento muy segura cuando estoy con José”.

  Pero en el mismo informe antes citado, el periodista realizó otra entrevista, esta vez, al psiquiatra Francisco Martínez Pardo, quien también realizara un informe pericial sobre el familicida. Este profesional subrayó sus “rasgos psicopáticos, entre los cuales se podían encontrar: ausencia total de remordimiento, comprensión de la realidad, trastrocamiento de la misma, lucidez en el momento de cometer los delitos y la falta absoluta de límites para cumplir con sus deseos”. El especialista tampoco se extraña de la atracción que ejercía Rabadán sobre Verónica. “La atracción que despierta alguien famoso es algo normalísimo [sic], como vemos a diario en los programas de prensa rosa”, indica. En el caso de que el admirado sea un criminal, la atracción se explica por “un placer morboso, el hecho de estar con alguien distinto, original”. Rabadán, dijo el psiquiatra, “tiene un  carácter muy vanidoso y cultiva su apariencia de persona especial, con control de sí mismo, mucha fuerza interior y un aura de misterio”. En sus últimos años mostró un gran interés por el catolicismo; si se me permite, esto creo que lo vemos varias veces más en otros casos... más teniendo en cuenta que esta actitud es extremadamente importante en España para lograr la reducción del tiempo en prisión, junto con otras como presentarse en programas de rehabilitación voluntariamente o aprender un arte u oficio.
  
  En cuanto a Verónica, según Martínez Pardo, “debe de ser amante de las situaciones de riesgo, la joven a la que le gusta ir a gran velocidad en un coche”. Estas palabras no le cayeron bien a la joven: “Se permiten hablar de mí sin conocerme, sin haberme visto ni una vez (...). Nuestra relación es algo normal, aunque algunos no quieran verlo, con momentos buenos y también nuestras discusiones”.
Desiderio Mejías, del hospital Psiquiátrico Román Alberca, en la pedanía murciana de El Palmar, entendió, desde su punto de vista que, tras la atracción que siente Verónica por Rabadán, se esconde un “afán de protagonismo, una búsqueda de notoriedad”, todo lo cual ella negó enfáticamente: “Varias televisiones [sic] han ido detrás de mí, ofreciéndome dinero por ir a programas, y nunca he aceptado”.

  Desde el 1º/1/08, José Rabadán, el joven familicida ha quedado en libertad, después de haber estado internado en centro de menores siete años, nueve meses y un día. Según lo informara el periódico “La Verdad de Murcia”, Rabadán, de 24 años, se encuentra en libertad desde dicha fecha, aunque las instancias judiciales no dieron ninguna información al respecto: ni se le impuso obligación de presentarse periódicamente en los juzgados ni se encuentra sometido a vigilancia alguna. Su relación con Verónica se “esfumó” y sólo se sabe que trabaja como albañil y comparte un departamento con otros jóvenes (lugar que se mantiene en secreto) y que, pronto, espera independizarse. Verónica “pasó al olvido” y Rabadán al fin se encuentra solo, tal como quería, “borrando su pasado”.

  3) Robert Theodore Ted Bundy, en uno de los dos juicios que tuvo en su contra: uno por la masacre en la Fraternidad Chi Omega, en Tallahassee, Florida (dos muchachas asesinadas brutalmente y tres quedaron con gravísimas secuelas) asumió su propia defensa (era abogado y psicólogo). Evidentemente no conocía el dicho que “quien se representa como su propio abogado tiene un tonto como cliente”), además de que nunca había ejercido como letrado.

  Es dable señalar que Bundy confesó 33 asesinatos de jovencitas, pero fue fuertemente sospechoso de tres casos más; muchos criminólogos, entre ellos, Robert K. Ressler, John Douglas y Robert D. Keppel consideran que fueron muchas más. Fue procesado en sólo dos juicios por dos razones: en ambos la Fiscalía buscaría la pena de muerte, vigente en La Florida y, asimismo, había pasado mucho tiempo de los homicidios anteriores y la evidencia era muy escasa (sólo se hallaron varias piezas óseas y las técnicas del ADN aún no estaban lo suficientemente desarrolladas); asimismo, tampoco se podía determinar con certeza la causa de la muerte, ergo la autoría de los homicidios por parte de Ted Bundy.

  Intentó atacar los testimonios como haría cualquier defensor: su memoria podría estar afectada por las serias heridas; era de noche y no estaban en el mismo dormitorio; su meta era introducir la duda en el jurado.Se sentía ganador,  “derrochaba” encanto y simpatía; sonreía y hacía guiños a las numerosas jóvenes presentes en el juicio, las cuales se ruborizaban y codeaban entre sí. Un dato muy curioso: durante la duración de este primer juicio se agotó la provisión de tinturas para el cabello color castaño y casi todas las jóvenes asistentes estaban peinadas con raya al medio (tal como era el perfil victimológico de Bundy). Como bien dice Ann Rule: “Y yo pensaba ¿es que no se darán cuenta de que si él estuviera en libertad y se tropezara una noche con ellas, se convertirían en sus víctimas?”. Parece que no; esto se puede apreciar en los numerosos vídeos que se hallan en el portal “YouTube” pues, por primera vez en la historia de Florida, fue transmitido por radio y televisión, no sólo a nivel estatal sino nacional.

Bundy, Boone y su hija el día antes de su ejecución
 (foto personal)
  Pero de nada le sirvió su “glamour”: el jurado lo consideró culpable, al igual que en el segundo juicio por la muerte de la niña Kimberley Leach (de sólo 12 años). En la fase de imposición de la pena (la cual la fija el juez) citó a declarar a Carole Ann Boone, una de las tantas “novias” que tuvo cuando estaba prófugo y en medio de su declaración le pidió matrimonio (según las leyes de Florida, se lo considera válido, por haberlo hecho ante un juez y/o tribunal) y ella aceptó “encantada”. Boone, en octubre de 1982, dio a luz a una niña, a la cual le impuso el apellido de su padre. Me permito dudar entre si hizo lo que correspondía o le arruinó la vida a la pobre criatura. Si bien las visitas conyugales no eran –ni son– permitidas a los condenados que se encuentran en el “corredor de la muerte”, en la prisión de Raiford era de público conocimiento que se podía sobornar a los guardias para que les dieran tiempo a solas con sus parejas. Otra versión que corrió fue que el propio Bundy le entregó su semen a Boone para que se inseminara. Nunca hubo ninguna declaración oficial por este tema. Finalmente, Ted fue ejecutado el 24/1/89, casi al amanecer, y había pasado el día anterior “en familia” Carole y su hija.

  4) Asimismo otro caso curioso “muy particular” se presentó con los primos –por adopción– Kenneth Bianchi & Angelo Buono, los cuales en un principio se pensó que eran un solo asesino y se los apodó El Estrangulador de Hillside, el cual continúa siendo así conocido hasta la fecha. Ambos actuaron juntos, secuestrando, torturando y asesinando un total de 9 mujeres jóvenes y una niña de 12 años, en Los Angeles, California, en 1977-78. Cuando el cerco policial comenzó en estrecharse y Bianchi le dijo a Buono que se había presentado para aplicar su ingreso en la Policía de los Ángeles;
K. Bianchi- A. Buono
pero en el momento de presentar su solicitud, comenzaron a preguntarle por los asesinatos de El Estrangulador de Hillside. Buono montó en cólera por esta actitud de Bianchi y puso fin a la “sociedad criminal”; volvió a su vida de tapicero de automóviles, muy reconocido por ello en Hollywood, pues entre sus clientes se encontraban Frank  Sinatra, Dean Martin, Lana Turner, entre otras celebridades, como si “nada hubiera pasado” y le pidió que fuera de la ciudad. Bianchi se mudó a Bellingham, Washington –con su novia y el hijo de ella– y consiguió un empleo como “guardia de seguridad” en un complejo residencial. El 11/1/79, Bianchi atrajo a dos jóvenes alumnas hacia una de las casas que custodiaba; la estranguló hasta matarlas, esta vez sin la ayuda de su “socio”, dejó mucha evidencia y la policía lo detuvo al día siguiente; su licencia de conducir de California y una verificación de antecedentes de rutina lo vincularon con las direcciones de dos de las víctimas de El Estrangulador de Hillside.

  Aquí se puede apreciar que Bianchi intentó emular el accionar criminal que llevó a cabo con Buono, pero no pudo hacerlo solo, aunque su impuso asesino continuaba irrefrenable. Para evitar la pena de muerte, delató a su primo quien fue inmediatamente detenido, y lo acusó de haberlo “obligado” a matar. Tan torpe fue que pensó que de esta forma él conseguiría una pena menor. Se equivocó; fue condenado a cadena perpetua sin libertad condicional por los asesinatos en Washington. Pero hay más.

  Estando encarcelado y mientras se llevaba a cabo el juicio contra Buono, Bianchi accedió a que una atractiva modelo y principiante escritora, Veronica Compton le hiciera una entrevista, para poder perfilar mejor su personaje de ficción, “El Asesino Mutilador”. Como típico psicópata que es, se
Veronica Compton
mostró encantador y ella se enamoró perdidamente de él... a punto tal que, siguiendo un plan diseñado por Bianchi, viajó a Seattle y luego a Bellingham, Washington, dejando a su paso una serie de rastros evidentes, como recibos de gastos por habitaciones en moteles o en estaciones de combustible que abonaba con la tarjeta de crédito de Bianchi. Por último, atrajo a una joven, con promesas de drogas e intentó asesinarla, siguiendo el MO de El Estrangulador de Hillside. Pero no tuvo suerte, la joven era experta en artes marciales; no sólo logró escapar, sino que le propinó una terrible paliza e hizo la denuncia policial.

  En su arresto, Verónica confesó que estaba completamente enamorada de Bianchi y convencida de su inocencia, por eso había seguido sus órdenes para que él fuera exculpado de los dos últimos crímenes y sólo le hubiera cabido una menor condena, debido al trato que había realizado con la Fiscalía para ser el principal testigo en contra de su primo. Ella, por su parte, fue juzgada y condenada en Washington a prisión sin probabilidad de libertad condicional hasta 1994 por intento de asesinato, además fue llamada a prestar declaración en el juicio en contra de Bianchi. Hervía de rabia y resentimiento porque Bianchi había dejado de interesarse por ella y su testimonio destiló un sabor a venganza.

  Ya en prisión y ante el desdén de Bianchi, Compton se “enamoró” de otro asesino en serie, Douglas Clark, quien, junto con su pareja Carol M. Bundy, mataron y decapitaron a siete mujeres, en su mayoría prostitutas, en Los Ángeles, California, entre junio y agosto de 1980; fue condenado a la pena de muerte. Clark le enviaba “cartas de amor” con fotos de cuerpos de mujeres decapitados y comenzaron a intercambiar correspondencia “amorosa” hasta 1988. En 2003, Compton fue puesta en libertad, luego de que se le denegara varias veces la libertad condicional y no se ha sabido de ella desde entonces. Bianchi, por su parte, en 1989, se casó con Shirlee Joyce Book, de quien existen registros de que había tratado de atraer a Ted Bundy.

  En cuanto a Angelo Buono, al cual las mujeres nunca le faltaron porque veían en él al “macho italiano” y no al abusador que realmente era (4 divorcios por esta causa), en prisión llamó la atención de Christine Kizuka, quien visitaba a su marido y padre de sus tres hijos, que pasó cinco meses en una celda contigua a la de Buono, mientras servía un período de 18 meses para el asalto con un arma mortal. Buono y Kizuka se casaron en la prisión de Folsom en 1986, aunque los funcionarios de prisiones hicieron hincapié en el momento en que la terrible naturaleza de los crímenes de Buono, que incluyeron en su sentencia la tortura y el asalto sexual, lo descalificó de disfrutar de las visitas conyugales con su nueva esposa. Finalmente, el 21/9/02, Buono falleció por causa de un ataque cardíaco, a sus 67 años.

Susan Atkins durante los juicios y luego como interna en 2001
  5) Susan Atkins, quien fuera miembro de la letal “familia Manson”, también conocida como “Sadie Mae Glutz” o “Sexy Sadie”, fue condenada a prisión perpetua por su rol en los asesinatos Tate/LaBianca (9 y 10/8/69) –cabe aclarar que fue ella la cruel mano ejecutora del homicidio de la actriz Sharon Tate y de su bebé dentro de su vientre– y el de Gary Hinman. Mientras cumplía su sentencia se casó, en 1981, con el excéntrico –así se describe a sí mismo– multimillonario Donald Lee Laisure –o “Lai $ Ure”, como a él le agrada deletrearlo–; pero, poco tiempo después, ella pidió la anulación de este matrimonio cuando se enteró que no sólo no era tan adinerado como él declamaba, sino también que había estado casado, previamente, unas 35 veces. En 1987, volvió a casarse con James Whitehouse, quien era 15 años menor que ella, a quien animó a estudiar Leyes en Harvard y, a partir de allí, se convirtió en su abogado y solicitaba la libertad condicional todas las veces que le correspondía, la cual le era sistemáticamente denegada –en virtud de la naturaleza atroz de sus crímenes– aun cuando se le diagnostió un tumor cerebral y su esposo-abogado argumentara “razones humanitarias”. Permanecieron juntos hasta que ella murió, por la causa antedicha, en 24/9/09.

Atkins y Whitehouse en su boda


6) Fabián Tablado, de 19 años y Carolina Aló, de 17, iban al mismo colegio y estaban de novios hacia 3 años, aunque entre ellos siempre hubo violencia. En mayo de 1996, ella pensaba terminar la relación y esto tuvo consecuencias horribles. El 27 de mayo, luego de salir del colegio nocturno,
Carolina Aló y Fabián Tabñadp
ambos fueron a la casa de Tablado, pues sus padres no estaban; allí comenzaron a discutir fuertemente, la cual fue agravándose y él la golpeó hasta dejarla inconsciente y apuñalarla 113 veces hasta matarla (con cuatro diferentes cuchillos y un formón de carpintería). Luego de ello fue hasta la casa de un amigo para “cambiarse” de ropa, le confesó lo que había hecho y seguidamente se fue. La tragedia había sido descubierta cuando los padres de Tablado regresaron a su casa y vieron el cuerpo de Carolina desfigurado por el feroz ataque. Su amigo, sin dudarlo, llamó a la policía quien lo capturó a las pocas horas. Fue juzgado y condenado a 24 años de prisión (no existía aún la ley de Violencia contra la Mujer por la cual le hubiera correspondido prisión perpetua).

  Pero, en prisión se relacionó con otras mujeres y con ellas repitió su patrón de violencia. La primera fue Gabriela Palavecino; la conoció en 1998, durante una de las visitas que ella, divorciada y madre de cuatro hijos, realizaba frecuentemente a la unidad penal Nº 31 de Florencio Varela para difundir su fe evangelista entre los presos. Ella tenía 31 años y Fabián, 25; él había empezado a estudiar abogacía y se convirtió en un “fiel religioso”. Tanto para Edgardo Aló,  el padre de Carolina como para quien suscribe, esta fue una manera efectiva de pasar a un pabellón protegido. La relación duró tres años, hasta 2001, cuando Gabriela habría decidido terminar con Tablado por las crecientes amenazas que recibía de su parte y cambió varias veces de domicilio para no ser hallada por su peligroso ex y también perdió contacto con Edgardo Aló, aunque le dejó una serie de cartas que ponen de manifiesto la naturaleza violenta en extremo de Fabián Tablado: “Sólo te pido que te cuides ¡No me traiciones! ¡Nunca! En ningún sentido”; “No le escribas cartas a nadie. Ni hables con ningún tipo. No quiero que exista ningún tipo de relación con nadie ni que tus amigas tengan una forma de vida diferente a nuestro concepto de moral (...). Lo único que te exijo es respeto, respeto Absoluto”. 
  
  En otras cartas Tablado destaca a los “enemigos” de su moral: la prostitución, la pornografía, el lesbianismo, el homosexualismo y el libertinaje, quienes para él “se merecerían ir todos al campo de exterminio”. Incluso llegó al punto de amenazar, de manera indirecta, al ex esposo de Gabriela: “Me da bronca que me sigas hablando de él, rescatate porque te vas a llevar una sorpresa conmigo. Hacela fácil”.

  Una vez más, en 2004, conoció a una docente de 23 años, Roxana Villarejo, con quien mantuvo correspondencia por cuatro años hasta que se casaron en 2007 y, gracias a los beneficios de la ley perversa que tenemos hasta ahora en Argentina, accedió a un régimen más abierto, además de lograr
Roxana Villagrán y Fabián Tablado
las visitas conyugales. Pronto Roxana quedó embarazada y al año siguiente fueron padres de mellizas.  En 2011, se le otorgó a Tablado permiso de “salidas transitorias” para trabajar, de lunes a jueves, en la carpintería de su padre, y pernoctaba con su esposa y sus hijas. Es para destacar que el negocio del padre de Tablado se encuentra ubicado a tan sólo 12 cuadras del domicilio de la familia Aló, la cual comenzó a recibir amenazas de muerte. También es para destacar que Edgardo Aló ha seguido con ahínco encomiable la vida de Tablado, pero, hasta la actualidad en que se ha logrado aprobar en Cámara de Diputados un Régimen de protección e información a las víctimas y/o sus familiares (aunque la Cámara de Senadores ni siquiera la ha tratado...), no era tenido en cuenta por los jueces de la jurisdicción de San Isidro, donde Tablado fuera condenado.

  Fue él quien contactó a Roxana para advertirle de la violencia extrema de este sujeto pero ella se rehusaba a hablarle. Entonces él recurrió a la prensa todas las veces que pudo y lo logró: “(...) aparentemente abrió un poquito los ojos y tomó conciencia”; en 2011 fue a verlo a su casa para decirle que Tablado la amenazaba continuamente a ella y a sus hijas, además de ejercer violencia psicológica continua. Aconsejada por Aló, Roxana presentó su denuncia en la justicia, la cual, en principio, puso fin al beneficio de salidas transitorias de Tablado. Pero, posteriormente, él continuó con sus amenazas, ahora en forma telefónica, para que su esposa restableciera la relación entre ellos: “Ya está todo organizado”; “Te vas a querer matar”; “Te digo que las cosas van a cambiar”; “Si no volvés conmigo, yo tengo muchos contactos, Roxana”; “Si no volvés conmigo, te juro por Dios que el único pensamiento que vas a tener voy a ser yo”, fueron algunos de los mensajes recibidos y denunciados por Villarejo, según constan en la causa iniciada por amenazas. Las pericias psicológicas fueron categóricas: “se trata de un sujeto con una personalidad estructurada de modo psicopático, con una débil internalización de los límites, con rasgos narcisistas, egocéntricos, sobrevaloración de si mismo y manipulación del otro” (a lo que humildemente agregaría con altísimo grado de delirios celotípicos). Por esta causa se lo condenó a dos años y medio de prisión de cumplimiento efectivo y teniendo en cuenta su reincidencia, se le unificó con la pena anterior de 24 años, por el homicidio de Carolina, por lo cual deberá cumplir 26 años. Una vez cumplida esta última condena, Tablado volvió a pedir varias veces su excarcelación la cual le fue denegada.

  Por lo último que se pudo saber tanto la Fiscalía como Edgardo Aló, en su carácter de querellante particular, han solicitado que su régimen de reclusión al que se encuentra sometido, sea cerrado (máxima seguridad), pues hasta este momento, Tablado se encuentra en el penal de régimen abierto de Baradero, del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

  Carolina, Gabriela, Roxana... ¿Habrá una cuarta? Creo que es muy probable. SGR

Bibliografía

Enamorada de un asesino, Documentos TV, España, “YouTube”, www.youtube.com/watch?v=qNF8ttOJT2kFimrite, P. & Taylor, M., No shortage of women who dream of snaring a husband on Death Row (“No escasean las mujeres que sueñan con atrapar un marido en el corredor de la muerte”), “San Francisco Chronicle”, 27/3/05, www.sfgate.com; García Roversi, Susana P., Asesinos múltiples, vols. 1 y 2, parte 1ª, “Colección Sin Piedad”, Grupo Editorial HS, 2010 y 2014. También se han tomado segmentos de la Parte 2ª del vol. 2, aún no editada; García Roversi, Susana P., La situación penal del psicópata. ¿Imputable, imputabilidad disminuida o inimputable?, publicado en Rev. “Forense Latina”, nº 9, www.forenselatina.com; Isenberg, S. Women Who Love Men Who Kill. 2000, iUniverse; La historia de la mujer que se casó con un violador y asesino, “Clarín Digital”, 6/10/96, http://edant.clarin.com/diario/96/10/06/E-04101d.htm; Nueva condena para Fabián Tablado por amenazas a su ex mujer, “Infobae”, 21/11/13; Ramsland, K., Could you marry a serial killer? (“¿Te casarías con un asesino serial?”) www.leelofland.com/wordpress/dr-katherine-ramsland-could-you-marry-a-serial-killer; íd., Women Who Love Serial Killers (“Mujeres que aman a los asesinos seriales”), www.psychologytoday.com/blog/shadow-boxing/201204/women-who-love-serial-killers; Rodríguez, Juan C., Enamorarse de un asesino, “El Mundo”, Supl. “Crónica”, Nº 467, 26/9/04; Why are women drawn to men behind bars? (“¿Por qué las mujeres se sienten atraídas por los hombres tras las rejas?”), “The Guardian”,  12/1/03,  www.theguardian.com/world/2003/jan/13/gender.uk; Willcox-Bailey, Jacquelynne, Dream Lovers: Women Who Marry Men Behind Bars (“Amantes soñadoras: mujeres que se casan con hombres tras las rejas”), Wakefield Press, Adelaide, Australia, 1999; La prometida de Charles Manson quería casarse con él para exponer su cuerpo tras su muerte, “ABC”, España, 10/2/15; Kotz, Pete, Serial Killers & the Groupies Who Adore Them (“Asesinos seriales y las seguidoras que los adoran”), “True Crime Report”, 28/9/09, www.truecrimereport.com/2009/09/serial_killers_the_groupies_wh.php; Levin, Jack & Fox, James A., Making celebrities of serial killers elevates threat (“Hacer celebridades de asesinos en serie eleva la amenaza”), “USA Today”, 23/10/02, http://usatoday30.usatoday.com/news/opinion/2002-10-23-oped-sniper_x.htmM.

2 comentarios:

  1. A ESTA PARAFILIA TAMBIEN SE LE CONOCE COMO ENCLITOFILIA Y EL DR. BELISARIO VALBUENA DICTARÁ EN COLOMBIA UNA CONFERENCIA SOBRE ESTE INTERESANTE TEMA

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  2. Como se explica en la primera parte NO SON LO MISMO.

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