1. Introducción. Dentro de la categoría de asesinos múltiples,
también hay criminales, cuyo objetivo es el alumnado o el personal de
institutos de enseñanza (primarios, secundarios, técnicos o universitarios), a
los que se los denomina “asesinos de escuelas” (school shooters) y, al evento
en que intervienen, “masacre escolar” (school massacre).
Podemos decir que estos sujetos cumplen con casi todos los
requisitos para ser considerados como asesinos de masas o itinerantes (Kipland
Kinkel asesinó a sus padres y, al día siguiente, se dirigió a su escuela y
perpetró un tiroteo).
Este tipo de asesino se caracteriza por atacar institutos educativos
y, en su mayoría, son –o fueron– alumnos de dicha escuela, o tenían una relación
directa con el establecimiento (p. ej., Mamoro Takuma era un ex
empleado). Pero también han sucedido eventos como la “Masacre de Colonia”, el
“Tiroteo en la Escuela ElementalCleveland” y la “Masacre de Dublane”, en
las cuales ninguno de los atacantes eran alumnos, ni ex alumnos, ni tenían
relación alguna con la escuela, pero igual se los considera en esta
subcategoría, en virtud de su objetivo principal: los niños. En otros, el
ataque es directo alumno-alumno, o de alumnos contra profesores o autoridades;
esto no implica que no haya habido víctimas colaterales en casi todas las
situaciones.
Este tipo de homicida se ha dado en el transcurso de la historia en diferentes oportunidades, lo que los hace una subcategoría es que sus víctimas son seres indefensos (niños, jóvenes o docentes), que se encuentran en un ámbito que les brinda seguridad (la escuela) y que nada tienen que ver con sus problemas, delirios o venganzas, según sea el caso, y contra los cuales estos criminales desatan su furia, de una manera decididamente cobarde.
2. Agravamiento de la situación. La violencia
juvenil. En los últimos 20 años, la gravedad del tema ha surgido con el
lamentable agregado de que son los propios alumnos, adolescentes o jóvenes, los
que atacan, hieren y matan a sus propios compañeros y/o profesores, para luego,
en su mayoría, suicidarse. La violencia juvenil ha sido uno de los problemas
más grandes que han sufrido los EE.UU., país donde se han llevado a cabo los
peores casos de asesinatos en esta subtipología (Thurston,Columbine, Virginia
Tech), pero este hecho se ha “contagiado” a otros países como Alemania, Japón,
Finlandia, y hasta se ha dado un caso grave en nuestro país, Argentina, lo que
representaría un problema globalizado. Ciertamente, en los EE. UU.,
se han dedicado mucho más al tema que en el resto de los países, los cuales han
considerado estos hechos como “aislados”. La ignorancia acerca de los problemas
psicológicos o psiquiátricos que sufren o pueden sufrir determinados alumnos;
la escasez o falta de contención familiar; el abuso al que son sometidos por
otros compañeros; el escaso control de la compra de armas de fuego; la
inadecuada medicación en los adolescentes; la lasitud en los controles
escolares, son algunos de los factores que han llevado este terrible problema a
una escala atemorizante, por lo que la prevención resulta ineludible.
Si bien este tipo especial de ataques, llevado a
cabo por los mismos estudiantes, estaba registrado en épocas anteriores, más
precisamente, a finales de la década de los ’90, pareció que una “epidemia”
había atacado a los establecimientos educativos en EE.UU.: preadolescentes y
adolescentes compraban o conseguían armas, para luego dirigirse a su escuela,
universidad o instituto y disparar en contra de sus compañeros, otros alumnos
del establecimiento, docentes, y/o personal administrativo o de mantenimiento;
o sea, todo aquel que se cruzara en su camino.
FUENTE: García Roversi, Susana P., “Asesinos Múltiples 1”, Colección
“Sin Piedad”, vol. 1, Grupo Editorial HS, Buenos Aires, 2010.
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