CASOS TESTIGO DE LOCURA COMPARTIDA. 2ª ENTREGA

FRED Y ROSEMARY WEST
"LA CASA DE LOS HORRORES" (The Horror´s House of Gloucester) 1973-79

Dra. Susana P. García Roversi - Buenos Aires - Argentina



En Heresfordshire, Reino Unido, Frederick West (1941-1945) era un joven perteneciente a una familia muy humilde, con ambos padres abusadores sexuales de sus hijos. En pocas palabras no podía tener peor entorno que un hogar en donde el incesto era “moneda corriente”. Él mismo fue “iniciado” por su madre y, a su vez, con su otro hermano varón, John, abusaban sexualmente de sus hermanas [1].

Fue un estudiante muy malo y dejó sus estudios a los 14 años para comenzar a trabajar. Su agradable apariencia le permitía acercarse a las jóvenes y todo siempre terminaba sexualmente, con o sin el consentimiento de la muchacha de turno.



A los 17 años sufrió un severo accidente con su motocicleta, que lo mantuvo varios días en coma y le dejó como secuela una renguera y un comportamiento más problemático, bizarro y delictivo. Fue abusador sexual agresivo de niñas y niños desde el comienzo de su adolescencia; entraba y salía de la cárcel por estos delitos a los que además se agregaban robos y estafas.

En 1967, en Gloucester, a los 27 años, conoció Rosemary  “Rose” Letts (1953), de 15, también proveniente también de una familia humilde, con un padre esquizofrénico y abusador sádico familiar; el inicio de su frenética vida sexual fue a los 11 años [2].



El cóctel fue letal. Se casaron en 1970 y Rose crió a las dos niñas que vivían con Fred: una, Charmaine, era hija de su 1ª esposa –Catherine “Rena” Costello, prostituta– con un asiático; él adoptó a la niña y le dio su apellido; al año siguiente nació Anna Marie, fruto del matrimonio. Además la pareja tuvo cuatro hijos –dos mujeres y dos varones– más.

Pero tras la fachada de una familia feliz, a pesar de los continuos períodos en que Fred estuvo encarcelado por sus incesantes robos, se escondía un secreto macabro, cruel, siniestro y totalmente inusitado: la conducta aberrante, cruel y perversa... de ¡Rose! Si bien los primeros años vivieron en casas humildes, y sin conocerse bien el origen de los fondos, Fred compró, con una hipoteca, una casa en el Nº 25 de Cromwell Street en Gloucester.

Allí él, continuamente, realizaba reformas, agregando cuarto tras cuarto y construyó un singular patio trasero. La primera en “desaparecer” fue Charmaine, con la cual Rose, especialmente, se ensañaba en sus malos tratos y abusos. –continúa–
  
Asimismo, ella ejercía la prostitución en su propia casa, con el consentimiento de Fred quien, cuando se hallaba en libertad, miraba y la filmaba a través de un agujero en la pared. Como fruto de esta actividad, Rose tuvo los cuatro hijos nombrados anteriormente (3 de los cuales fueron concebidos con clientes de otras extracciones étnicas), reitero, con total conocimiento de Fred, el cual manifestaba, abiertamente, su entusiasmo por las “mezclas étnicas”.

Pero todo esto no bastaba para Rose, la cual conocía perfectamente las limitaciones sexuales de su esposo (sólo sexo violento). Fue entonces que ambos salían con su auto y ella se dedicaba a atraer jovencitas, en las paradas de autobús, con promesas de llevarlas hasta sus casas en la noche. Por supuesto que esto no sucedía y, con engaños, les ofrecían pasar la noche en su casa. ¿Quién iba a desconfiar de esta señora con su esposo y sus hijos en el auto? Una vez allí, ambos las sometían y luego de que Rose las ultrajara de todas las maneras inimaginables, Fred las violaba y las asesinaba, para luego desmembrarlas y enterrarlas bajo los pisos de la casa y el patio de atrás.

Foto con la cual Rose promocionaba su "negocio"


Rose también supo atraer a otras mujeres para tener sexo con ellos (siempre violento y ultrajante por parte de ambos) y algunas salvaron sus vidas; como así también sabía cómo ganarse la confianza de muchachas rebeldes o sin hogar, las que luego de ingresar a la casa, no volverían a salir. Pero la perversión no acababa aquí. Rose golpeaba y abusaba tanto de sus propios hijos como de las hijas de Fred, tres de las cuales fueron violadas por su propio padre, con el conocimiento y aceptación de ella: las dos hijas de Fred y una hija en común, Heather. Sólo Anna Marie sobrevivió, pues se casó y escapó de su casa al igual que su hermana Mae y denunció los secuestros, abusos y perversiones de sus padres. Pero los cargos fueron desestimados cuando no se presentó a atestiguar.

Igualmente los datos aportados por Anna Marie y la misteriosa “desaparición” de Heather, en 1987, hicieron que una tenaz mujer detective, Constable Savage, que venía siguiendo las actividades de los West desde hacía varios años atrás, lograra una orden de allanamiento (registro), el 27/2/94, para excavar en los pisos del nº 25 de Cromwell Street.



El horror inundó no sólo al Reino Unido sino a todo el mundo. Comenzaron a aparecer huesos humanos, entre ellos, los de la pobre Heather, asesinada a los 17 años [3]. Fred fue arrestado acusado de 12 asesinatos y numerosas violaciones, pero él siempre exculpaba a Rose de todo, incluso se autoincriminó del homicidio de Charmaine (a pesar de que él estaba en la cárcel y sólo la desmembró y enterró) y también del asesinato, con idéntico modus operandi de Rena y de Anna Mc Fall, su primera niñera, que se encontraba en avanzado estado de gestación, llevando a las autoridades al lugar en donde las había enterrado (Anna fue asesinada primero y Rena años después cuando se presentó para reclamar a sus hijas Charmaine y Anna Marie).

Rosemary fue arrestada en abril del mismo año, bajo cargos de secuestro, 10 asesinatos y abuso de sus hijos, porque Fred si bien cambiaba sus declaraciones continuamente, por fin declaró sobre la participación activa de Rose. Ella montó en cólera y no le dirigió más la palabra (a pesar de haberle jurado “amor eterno” días antes por carta); clamaba por su inocencia y que todo era obra “de ese pervertido”.


La evidencia por los asesinatos era circunstancial en contra de ella, pero el resto de los cargos fue comprobado en forma contundente. Fred no resistió este “desamor”; el 1º/1/95 se ahorcó en su celda. Rose nunca confesó crimen alguno y fue juzgada en octubre de 1995, en Winchester, por los cargos señalados y algunos de sus hijos declararon en su contra. Fue condenada a cadena perpetua y el juez sentenciante recomendó que nunca fuera liberada, algo con lo que coincidiera, 18 meses después, el Ministro de Interior, Jack Straw, al declarar que Rosemary West “moriría en prisión”.

Nuevamente estamos ante un caso típico delirante de folie à deux en esta letal pareja. Pero, y a pesar de que algunos autores hacen recaer la dominación en Fred [4], por mi parte coincido con Howard Sounes [5], el cual afirma que Rosemary era quien, aprovechándose de la casi debilidad mental de su esposo, era quien dominaba siempre las situaciones, a punto tal que lo había convencido de autoincriminarse para que ella quedara libre y así poder “mantener a la familia unida”. Una mujer fría, calculadora, cruel, cínica, sádica, que se mostró en su juicio sin ningún tipo de remordimiento, sarcástica (al punto de reírse durante los testimonios de sus hijos mayores) y llegó a tener accesos incontrolables de violencia en contra de la Fiscalía, a la vista de todos. Su apetito sexual era el que decidía, planificaba y llevaba a cabo para satisfacer sus más bajos instintos; el trabajo “sucio” lo dejaba en manos de Fred. Y un punto más para reforzar mi postura: la debilidad de él para con ella; pudo cometer las más terribles aberraciones como violar y matar a sus propias hijas, pero que “su Rose” lo despreciara, no lo pudo soportar y se quitó la vida [6].

NOTAS

[1] Berry-Dee, Christopher, “Shared Madness” (Locura compartida), John Blake Publ., Londres, 2010, ps. 21 a 24.
[2] Ibídem. 
 [3] Nunca se supo con certeza si Heather fue asesinada por su padre o su madre, pues se hallaban los tres solos en la casa. Fred se autoincriminó como lo hizo con su hijastra Charmaine, la cual “desapareció” cuando él se encontraba preso.
[4] Berry-Dee, Christopher, “Shared Madness” (Locura compartida), John Blake Publ., Londres, 2010, p. 25.
[5] Sounes, Howard, “The Full Story of Fred and Rose West and the Gloucester House of Horrors” (La historia completa de Fred y Rose West y la casa de los horrores de Gloucester), Sphere, Londres, 2009, p. 350.

[6] Ídem nota anterior, p. 349.

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