Andrew Phillip Cunanan: "Después de mí, el desastre"© por Susana P. García Roversi

Andrew P. Cunanan, un frío asesino múltiple sediento de reconocimiento (*)


Andrew Phillip Cunanan (1969-1997)-1- nació en National City, California, EE.UU., y fue el menor de los tres hijos del matrimonio de Modesto Cunanan y Mary Anne Shilacci. Su padre no estuvo durante su nacimiento pues se encontraba en servicio en el cuerpo de Marines durante la Guerra de Vietnam. Andrew creció en varios lugares del sur de California y vivió en un hogar algo disfuncional. Gary Indiana, uno de sus biógrafos, dice que Cunanan no experimentó traumas tempranos ni parientes abusadores ni en su niñez manifestó conductas extrañas como la mayoría de los asesinos múltiples. La “disfuncionalidad” de su familia provenía de la unión de una madre (descendiente de italianos, muy religiosa, devota y sumisa) con un padre estricto de origen filipino, pero que de ninguna manera era un sádico abusador. Las discusiones entre sus padres eran frecuentes sobre todo porque Modesto acusaba a Mary Anne de infidelidades imaginarias y ella entraba en períodos depresivos por ello pero, a pesar de estas dificultades, tuvieron tres hijos –Regina, Elena y Andrew–.  Modesto afirmaba que Elena no era su hija, pero ni siquiera intentó probarlo; sólo lo hacía para lastimar a su esposa.

“La seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista”... pero ¡¡puede terminar muy mal!! por Susana P. García Roversi©

El acoso que llevó a un asesinato múltiple

Richard Farley


Richard Wade Farley (1948) trabajaba, desde 1976, como técnico en software en la compañía Electromagnetic Systems Labs (ESL), y en abril de 1984 tuvo su primer encuentro con Laura Black (en ese entonces de 23 años) en una reunión laboral. Farley intentó conquistarla, pero como ella no aceptaba sus avances, comenzó a dejarle regalos y cartas en su escritorio. Laura lo rechazaba en forma firme y concreta, pero Farley no desistía y persistía en forma asfixiante: la llamaba continuamente por teléfono en horario de trabajo y, al terminar la jornada, la seguía a cuanto lugar ella asistiera; por ejemplo, iba a sus clases de aerobics sólo para mirarla.

¿Se puede resolver un asesinato sin ADN ni huellas y con una víctima “en partes” regadas por la ciudad? 2ª Parte© por Dra. Susana P. García Roversi

III. La “pieza” del rompecabezas que faltaba
 

  Pero habría novedades; el 16 de mayo, dos menores hallaron en la calle San Juan y Paseo Colón, cercano a la Dársena Sur del puerto de Buenos Aires, otro envoltorio que contenía una cabeza humana en avanzado estado de descomposición.

¿Se puede resolver un asesinato sin ADN ni huellas y con una víctima “en partes” regadas por la ciudad? 1º Parte© por Dra. Susana P. García Roversi

Sí se puede en tanto y en cuanto los investigadores y las autoridades judiciales sean eficientes. Este caso ocurrió en Buenos Aires, Argentina, en 1894 y se resolvió tan sólo ¡¡¡dos años después!!!

I. El increíble caso del cartero descuartizado


  Cerca de la medianoche del 22/4/1894 el agente policial Jesús Ramírez de la comisaría 5°, durante su recorrida habitual del barrio céntrico de San Nicolás en  la ciudad de Buenos Aires hizo un hallazgo espantoso: “Cuando vi lo que contenía el paquete me quedé paralizado de terror y de 
Diario "La Nación" 9/5/1894
 repugnancia. Durante un largo rato me quedé sin habla, parado en la esquina sin saber qué hacer; recobrarme de esa impresión me costó meses y meses. Aun hoy, que pasaron ya 40 años, suelo acordarme con miedo de aquella noche. Pienso, ahora, que en aquel instante estuve a punto de volverme loco, de perder el juicio para siempre”. El diario “La Nación” del 23 de abril de ese año, informó: “En la noche del sábado 22 (...) una persona se acercó al agente (...) Jesús Ramírez que se hallaba de facción en la esquina de Montevideo y Cuyo [actualmente Sarmiento] y le hizo notar que enfrente de un edificio en construcción (...), a la mitad de cuadra, se encontraba bajo el cordón de la vereda un envoltorio que no sabía qué contendría. El agente, en compañía de dicha persona se dirigió a aquel sitio y [lo]  revisó (...) estaba formado de dos almohadas (...) un calzoncillo [prenda interior masculina], una funda de sofá, una camiseta y una revista de cocina y envuelto entre todos estos objetos con algunos trapos, algo que en los primeros momentos no supieron definir qué sería. El agente Ramírez tocó llamada de oficial y se puso a revisar aquel objeto que resultó ser la caja del cuerpo de un hombre, a la que le faltaba la cabeza, los brazos y las piernas, cortadas en sus nacimientos. El agente tocó aquel cuerpo, notando que aún se encontraba caliente, lo que demostraba que no hacía mucho tiempo que el crimen se había cometido”.

Hibristofilia: La atracción y el «amor» que sienten algunas mujeres por los asesinos y otros delincuentes agresivos. 1ª Parte ©Dra. Susana P. García Roversi

Hago un llamamiento a todas las personas inteligentes para que no crean todo
lo que está siendo presentado acerca de Richard en los medios de comunicación.
 (...) Creo fervientemente que su inocencia será demostrada al mundo”.
Doreen Lioy, “esposa” de Richard Ramirez.

I. INTRODUCCIÓN


  A veces nos encontramos con asesinos condenados por delitos atroces; y no me refiero exclusivamente a los asesinos en serie, sino a todo aquel que sesga la vida de otro de manera alevosa y cruel. Como sociedad, nos sentimos espantados, aterrados no sólo por el o los crímenes en sí, sino también por el dolor que atraviesan las “otras” víctimas: las familias y el entorno de los occisos que cargan con el peso y el sufrimiento durante la investigación del delito y, además, el revivir los últimos momentos de sus seres queridos durante sus procesos penales. No hay condena que mitigue ese dolor.

Hibristofilia: La atracción y el «amor» que sienten algunas mujeres por los asesinos y otros delincuentes agresivos. 2ª Parte ©Dra. Susana P. García Roversi


IV. ALGUNOS EJEMPLOS PARA CLARIFICAR ESTE TEMA

  1) Richard Ramirez tenía un gran grupo de fanáticas que le escribían cartas y hasta pagaban por visitarlo; fueron tales los desmanes que se produjeron cuando fue trasladado a San Francisco para ser juzgado por los únicos crímenes cometidos en dicha ciudad, que la Fiscalía decidió suspender el proceso, ya que había sido condenado a muerte en Los Angeles. Una escritora free lance de varias revistas, Doreen Lioy, cinco años mayor que él, le había escrito nada menos que 75 cartas durante su período de encarcelamiento y juicio. Cuando Ramirez acaparaba los titulares de los diarios de California, ella quedó “completamente seducida” con la figura del criminal, que le parecía “débil y vulnerable”, según sus propias declaraciones (cualquier foto que el lector pueda hallar en la internet de Ramirez lo que menos parece es débil y vulnerable; siempre se presentó desafiante e insolente). 

Ramirez y Lioy, el día de su boda
Casi un año antes de ser condenado, Ramirez la invitó a que fuera a la cárcel a verlo y en la tercera visita, en octubre de 1988, le propuso matrimonio lo cual ella aceptó. Luego de la sentencia y totalmente convencida de su inocencia, siguió visitándolo y escribiéndole, orgullosa de ser “la elegida” (¿?). Se casaron el 3/10/96 en la cárcel de San Quentin; el matrimonio no pudo consumarse pues este es un beneficio del que no gozan los condenados a la pena capital. Lioy declaró ser católica cristiana, pero que “no tendría problemas en convertirse al satanismo”. 

EL “CLAN PUCCIO”: CLAVES, MITOS Y VERDADES PARA ENTENDER EL CASO POLICIAL QUE SACUDIÓ A UN PAÍS ENTERO (1982-1985))© Dra. Susana García Roversi 1ª PARTE

INTRODUCCIÓN

A principios de la década de los años ´80, este evento criminal tan especial sacudió a la Argentina, tanto por los sujetos involucrados como por el contexto político durante el cual se desarrolló. No obstante, el año pasado, en los meses de agosto y septiembre, se estrenaron una película –“El Clan” dirigida por Pablo Trapero– y una miniserie local –“Historia de un clan” bajo la dirección de Luis Ortega, basada en el libro “El Clan Puccio” de Rodolfo Palacios– y, una vez más, este infame caso resurgió en los medios de comunicación de manera súbita y arrolladora.

Ambas poseen entre sí algunas diferencias notables, así como con lo que realmente sucedió aunque, desde mi perspectiva, el filme se halla mucho más ajustado a la realidad. Pablo Trapero también realizó el guión –en coautoría–, pero sobre la base de los testimonios directos de las familias de las víctimas –quienes autorizaron expresamente a que se dieran sus nombres reales–; del Dr. Daniel Piotti [1], y de amigos y allegados de la familia del cabecilla de la banda, Arquímedes Puccio, que se animaron a hablar abiertamente de ciertos hechos ocurridos en aquel momento.

EL “CLAN PUCCIO”: CLAVES Y VERDADES PARA ENTENDER EL CASO POLICIAL QUE SACUDIÓ A UN PAÍS ENTERO (1982-1985)© Dra. Susana García Roversi 4ª PARTE -FINAL-

EL FINAL


Gracias a los beneficios que otorga nuestra legislación, todos fueron quedando libres: Díaz, en 2006 fue beneficiado con la prisión domiciliaria, tras 21 años en la cárcel; el albañil Vilca, condenado como partícipe necesario, salió en libertad condicional el 11/11/94, luego de siete años de prisión en la cárcel de Caseros, sin pago de fianza; sólo se le impuso una caución juratoria; Fernández Laborda estuvo 20 años preso y fue liberado el 23/3/07, pero fue detenido y procesado nuevamente el 21 de diciembre de ese año por una estafa y condenado, por lo cual se encuentra nuevamente en prisión. 

EL “CLAN PUCCIO”: CLAVES Y VERDADES PARA ENTENDER EL CASO POLICIAL QUE SACUDIÓ A UN PAÍS ENTERO (1982-1985)© Dra. Susana García Roversi 3ª PARTE

EMILIO NAUM



Emilio Naum, un empresario de 38 años muy conocido por Arquímedes Puccio, era el dueño de los conocidos locales de venta de ropa, perfumes y zapatos masculinos Mc Taylor y Mc Shoes en pleno centro de la Cdad. de Buenos Aires. El 22/6/84 iba en su automóvil de alta gama por las cercanías del Museo de Bellas Artes; “Milo”, así le decían, se había despedido temprano de su esposa Alicia Betti, para luego dejar a sus dos hijas en el colegio y se dirigía a su negocio. Nunca llegó y él, con un disparo en su pecho, fue hallado dentro de su auto al día siguiente en los bosques de Palermo.

EL “CLAN PUCCIO”: CLAVES Y VERDADES PARA ENTENDER EL CASO POLICIAL QUE SACUDIÓ A UN PAÍS ENTERO (1982-1985))© Dra. Susana García Roversi 2ª PARTE

UNA FAMILIA “NORMAL”

La familia Puccio completa (1980): (arriba) Alejandro, Silvia y Daniel; (abajo) Guillermo,
Epifanía, Arquímedes y Adriana